No cabe duda que nos encontramos en un mundo cada vez más globalizado y tendiente a la creación de nuevas empresas que garanticen el desarrollo de los países, lo que nos impulsa a vivir la era del emprendimiento, una cultura que se debe arraigar en las sociedades para que países como el nuestro puedan progresar. Si nos detenemos a mirar el surgimiento de las riquezas de los países desarrollados, esta no se basa en la cantidad de recursos naturales que puedan poseer, sino en los productos innovadores de gran valor agregado que cambian la lógica de los mercados, es una riqueza creada, no simplemente una transferencia generada a partir de un recurso natural.