El diseño e implementación de los Sistemas de Calidad, en las
diferentes organizaciones del mundo, han venido provocando las
reacciones de estas, al investigar las verdaderas necesidades y deseos
de los clientes.
Después de la revolución industrial surgieron grandes cambios en las
políticas administrativas de las empresas donde reinaba el que
producía más y el patrón era el que dirigía todas las operaciones de
producción mientras desempeñaba actividades comerciales. Esta
tendencia se mantuvo hasta mediado del siglo XX, cuando fenómenos
como la producción masiva, la imponencia de la tecnología y hombres
como Joseph Juran, Eduard Deming, Kauro Ishikawa, entre otros,
realizaron valiosos estudios sobre el control de calidad en el Japón y
posteriormente llevando sus estudios a Norte América y el resto del
mundo, demostrándole a las empresas que la calidad no cuesta, sino
produce grandes ventajas para el mejoramiento de la productividad,
rentabilidad y captación de clientes
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