Abstract
Globalmente los mercados actuales se caracterizan por estar en una acelerada
dinámica, esto ha significado cambios estructurales a nivel general y especifico
en cada una de las organizaciones. Tal es el caso, que cada vez son más los
ejecutivos que se quejan de sufrir exigencias laborales excesivas, de tener que
estar a disposición total de sus compañías y de pagar costos personales mucho
más altos de los esperados y en la mayoría de los casos la variable de ajuste se
traduce en la supresión y precarización de los puestos de trabajo, con
consecuencias graves en trabajadores de todo nivel. (Melamed, 2007)
En medio del anterior panorama las organizaciones empresarias
reconocen la importancia de la labor de los Departamentos de Recursos
Humanos, así como el hecho de que dichos Departamentos comprendan y den
respuesta a las necesidades y a la estrategia del negocio. No obstante, para
que esto suceda, es preciso que quien lidera el Área conciba todas las acciones
que emprende (él y su equipo) desde el beneficio que éstas le generarán a la
organización. Esta perspectiva eleva la apuesta -por ende también la relevancia
del Área- y también redobla el desafío: no vasta con alcanzar la eficiencia
operativa. Si bien ésta es una condición necesaria, el factor clave de éxito
consiste en que los sistemas de Recursos Humanos implementados respondan a las necesidades de creación de valor que demanda la organización. (Tulosai y
Crespi, 2007)