Resumen
La falta de información acerca de los riesgos y los daños que afectan a los
trabajadores es uno de los problemas más importantes con que se encuentran
administradores, profesionales y agentes sociales. La fatiga laboral es un ejemplo
de ello, ya que en algunos sectores ha sido poco estudiada, especialmente en
países latinoamericanos y por consiguiente, han sido ignoradas las medidas para
contrarrestarla; sin embargo, la población laboral que la padece sigue en
aumento, entre otras razones por el desconocimiento de su existencia, así como de
sus causas y sus consecuencias, lo que hace que se pase por alto la incidencia de
sus efectos, tanto en la calidad de vida de los trabajadores, como en el aumento de
los accidentes de trabajo como en la productividad de las organizaciones.
La fatiga se caracteriza por ser un riesgo dinámico, surge en el proceso de
trabajo y puede convertirse en un riesgo excesivamente peligroso. (Fundación de
Comunicación y Transporte – CCOO –, 2005a). Esta surge del desarrollo del
trabajo, de las condiciones en que se realiza y de la vulnerabilidad del trabajador,
como una conjunto de estímulos que acosan a la persona progresivamente hasta
menguarla a niveles de incapacitación y en este momento, viéndose reflejada en la
producción de accidentes de trabajo, dependiendo del tipo de trabajo que realice
el individuo. Además, empieza a generar distorsiones en los ritmos del sueño y
vigilia, errores de percepción, apnea del sueño, trastornos de orientación, lesiones
osteomusculares, entre otras (CCOO, 2005b).