Abstract
La región de los Montes de María fue uno de los focos del conflicto armado en el
país durante el transcurso de varios años, entre finales de siglo XX y comienzos del
siglo XXI; esto ha generado que esta región del Caribe colombiano sea una de las
más pobres y olvidadas, dejando a un lado toda la belleza natural y la diversidad
cultural que en esta región existe y por ende relegando todo el potencial turístico
que la región posee.
Así, por ejemplo, el municipio de Córdoba, es uno de los entes territoriales en donde
realmente la concentración de violencia se muestra con mayor intensidad, con el
agravante que este territorio recibió la influencia temprana de los dineros perversos
del narcotráfico, generando dinámicas regresivas de alta concentración de la tierra,
cuyas consecuencias saltan a la vista en la actualidad. En este municipio, el 42 %
de los más pobres (quienes poseen terrenos con menos de 20 hectáreas),
solamente poseen el 6 % de las 58.184 hectáreas de tierra rural, mientras que el
52% de los propietarios (con terrenos de 20 hasta 500 hectáreas) poseen el 53%; y
el 6% de los grandes hacendados (de 500 a más de 2000 hectáreas), poseen el
27% de toda la tierra. Esta es unas de las razones por las cuales más de 684
pequeños cultivadores de ajonjolí se encuentran reclamando tierras donde cultivar
sus pequeñas parcelas que escasamente llegan a medir una hectárea. Esta misma
problemática se concentra en el otro municipio costero del Río Magdalena:
Zambrano, el cual junto con Córdoba, suma el 63 % del total de hectáreas
incautadas a los narcotraficantes. (Menco, 2009).