Abstract
A partir de la Constitución Política de Colombia de 1991 se reconoce la composición multiétnica y pluricultural de la nación en consecuencia la designación a las poblaciones afrodescendientes como sujetos colectivos de derechos, un principio de diversidad étnica y cultural de la nación colombiana. El territorio que ocupa actualmente la población de Orika en Isla Grande es el primero en ser reconocido a una comunidad afrocolombiana en las Islas del Caribe colombiano, un proceso de titulación colectivo realizado a través del litigio entre el Consejo Comunitario de Comunidades Negras de la Unidad Comunera del Gobierno Rural de Isla del Rosario -caserío Orika-, y el Estado colombiano. La población de Orika nace en el marco de un proyecto político promovido por el movimiento social afrodescendiente de las Islas del Rosario. Sus objetivos son preservar la existencia del territorio; salir del anonimato, la subalternidad; buscar reconocimiento como minoría étnica y tener autonomía para llevar a cabo su vida social, económica y cultural, bajo un modelo de gobierno propio.