En la cotidianidad muchas mujeres luchan por desprenderse de estereotipos excluyentes que no le permite descubrirse como un sujeto político con posibilidades de trascender en todos los espacios de la vida social. Dichos estereotipos son formas de representación y auto representación que revelan imágenes sociales preconcebidas sobre lo femenino, que responden a modelos de sociedades, intereses de poder y formas de relacionamiento entre hombres y mujeres que se enmarcan en procesos de construcción cultural legítimamente validados. Precisamente, en el año 2000 se realizó uno de los eventos más importantes a nivel mundial: la Cumbre del Milenio. Esta reunión además de fijar las metas del milenio, también significó un gran avance en términos de visionar una política global que reconociera la igualdad de los sexos y el empoderamiento de la mujer como dos aspectos importantes para el desarrollo de las naciones.