Resumen
En su discurso en la conferencia de lacea, en 2011, el economista Sendhil Mullainathan, de la Universidad de Harvard, explicaba que existe una conexión muy simple entre la pobreza y el comportamiento humano; un nexo que nos ayuda a comprender la aparente irracionalidad en muchas de las decisiones que toman los pobres. Al estar bajo condiciones de extrema necesidad, el ser hu-mano enfoca la mayor parte de sus pensamientos en esta situación, de manera que disminuyen sus capacidades cognitivas en el resto de actividades, incluido el autocontrol. Esto, que ha sido verificado empíricamente tanto en el campo como en el laboratorio, lleva a que los pobres tomen peores decisiones que los demás, con el agravante de que, en su caso, una mala decisión puede tener consecuencias desastrosas y permanentes. Este es solo un ejemplo de los grandes aportes que se han dado en la intersección de la economía y la psicología, y que van en contravía de los modelos construidos por los economistas de Occidente.