Abstract
Históricamente el hombre se ha caracterizado por la búsqueda constante de nuevas
vías para mejorar sus condiciones de vida. Estos esfuerzos han servido para reducir el
trabajo en aquellas operaciones en las que la fuerza juega un papel primordial. Los
progresos obtenidos han permitido dirigir estos esfuerzos a otros campos, como por
ejemplo, a la construcción de máquinas calculadoras que ayuden a resolver de forma
automática y rápida determinadas operaciones que resultan tediosas cuando se
realizan a mano.
El problema de la automatización de los procesos en la industria está siendo mejorado
debido a la incorporación de la inteligencia artificial en ella, ya sea como soporte para
una toma de decisiones más eficaz o en la ayuda de labores, tareas, que exijan gran
demanda de tiempo o representen un alto grado de peligrosidad al ser humano.
El sabor y el aroma son aspectos que determinan el éxito de un producto en un
mercado cada vez más competitivo. Las características organolépticas de un producto
se establecen mediante un grupo de expertos catadores. Sin embargo, su capacidad
sensitiva está limitada con el tiempo, ya que se produce la saturación de los órganos
receptores del sabor. Además, las condiciones ambientales pueden afectar a la
objetividad del experto y, por tanto, a la reproducibilidad de las medidas. Por ello,
resulta evidente la necesidad de desarrollar sistemas automatizados de análisis que
permitan medir el olor y el sabor. Además, controlar la calidad de los productos, tanto
en el proceso de fabricación como en el producto final. Estos sistemas de análisis son
basados en redes neuronales y lógica difusa.