Abstract
Una red inteligente hace referencia a una red de energía avanzada, acorde
con los adelantos y tendencias del siglo XXI, que incorpora los servicios y
beneficios de las tecnologías de comunicación y computación digital a una
infraestructura de transmisión y distribución de energía eléctrica, y que se
caracteriza por un flujo bidireccional de energía e información que incluyen
equipos instalados en la parte de la red del cliente y sensores asociados.
Existe consenso respecto a su objetivo principal, en el cual se aspira a
desarrollar una red eléctrica más eficiente y fiable, que mejore la seguridad y
calidad del suministro, de acuerdo con los avances de la era digital.
Las tecnologías Smart Grid disminuirán los costos en el suministro de
energía eléctrica y reducirán la necesidad de una inversión masiva en
infraestructura durante los próximos veinte años.
En el aspecto ambiental existe un gran interés de los países en desarrollar
políticas y reglamentaciones que incentiven la creación de conciencia social
respecto a las consecuencias de los gases de efecto invernadero. El
problema radica en el combustible utilizado por las plantas de generación de
energía de manera tradicional y la producción durante los picos de demanda
que obligan a activar plantas especiales para poder suplir esas necesidades
adicionales de energía. Esas plantas se utilizan únicamente durante esos
periodos, con los sobrecostos que ello supone y que repercute directamente
en las facturas. Un dato muy significativo: en los Estados Unidos, un país
desarrollado, el 40%de las emisiones de dióxido de carbono provienen de la
generación eléctrica, mientras que únicamente el 20% son causadas por el
transporte (Kaplan, 2009). Esto presenta un enorme desafío para la industria
del sector eléctrico en términos del cambio climático global.