Abstract
Desde hace relativamente poco tiempo, se está viviendo lo que puede significar un
revolución en el uso de las tecnologías de la información tal y como lo conocemos.
Esta revolución puede llegar a tener una importancia similar a la que tuvo la
adopción de Internet por el gran público.
De una forma callada, las redes inalámbricas o Wireless Networks (WN), se están
introduciendo en el mercado de consumo gracias a unos precios populares y a un
conjunto de entusiastas, mayoritariamente particulares, que han visto las enormes
posibilidades de esta tecnología.
Para evitar las restricciones impuestas a la utilización del cable, las conexiones
inalámbricas se convierten en la alternativa perfecta por su habilidad intrínseca de
sortear obstáculos. Dentro del enorme horizonte de las comunicaciones
inalámbricas y la información móvil, las redes inalámbricas van ganando
rápidamente adeptos como una tecnología madura y fiable, que permite resolver
los inconvenientes derivados de la propia naturaleza del cable como medio físico
de enlace en las comunicaciones, muchos de ellos de vital importancia en el
entorno de trabajo habitual.
Las aplicaciones de las redes inalámbricas son infinitas. De momento van a crear
una nueva forma de usar la información, pues ésta estará al alcance de todos a
través de Internet en cualquier lugar (en el que haya cobertura).
Se podría dar lugar a una Internet paralela y gratuita la cual estaría basada en las
redes que generosamente cada uno de nosotros pondríamos a disposición de los
demás al incorporarnos a las mismas como destino y origen de la información.
Las tecnologías que son necesarias para llevar a cabo estos sistemas hoy existen
desde ayer, su precio es mínimo o al menos muy asequible y su existencia
mañana sólo depende de las estrategias comerciales de las empresas que las
poseen.