Resumen
Históricamente el hombre ha construido edificios o espacios para crear un
entorno controlado donde poder vivir y trabajar. Pero a lo largo de las últimas
décadas han cambiado las prioridades en diseño y la organización de edificios,
como en el caso de las oficinas, las industrias y los campus universitarios.
Ahora, se le empieza a dar más importancia a la concepción de un edificio
desde su etapa de planeación para así incorporar, desde un principio, todos los
elementos que servirán posteriormente para tener un ambiente más productivo,
minimizando los costos. Esta tendencia es cada vez más fuerte y ya es
irreversible. Por lo anterior se dio inicio a un tipo de construcciones avanzadas,
a comienzos de los años ochenta cuando en Estados Unidos y Japón se
comenzaron aplicar los conceptos de informática para mejorar la comodidad,
habitabilidad y funcionalidad de los mismos, además es definida como una
estructura que facilita a usuarios y administradores, herramientas y servicios
integrados a la administración y comunicación. Este concepto propuso por
primera vez, la integración de todos los sistemas existentes dentro del edificio,
tales como teléfono, comunicaciones por computadora, seguridad, control de
todos los subsistemas del edificio (calefacción, ventilación, aire acondicionado,
etc.) y todas las formas de administración de energía. Pero surge una inquietud
¿Cuándo es posible considerar una construcción inteligente?, a la cual se le
podrían dar múltiples respuestas.