Abstract
El viejo Rafa, en palabras de Justo, se esmeró en que él estudiara y aprovechara el tiempo (Rodríguez Osorio 1994a, vol. 1, sec. 0:45-0:50). El estudio y práctica de la música eran entonces centrales en su formación. Todos los testimonios que Justo da sobre esa época en Barranquilla están relacionados con su práctica y aprendizaje de la música en compañía de Jorge Rafael, momentos descritos con gran afecto y agradecimiento
Sí, el viejo tenía en el patio de la casa muchos árboles: árboles de anón, árboles de matarratón, guanábana, guayaba… tenía también yerbabuena, entonces nos levantábamos temprano, como a las cinco de la mañana y lo que hacíamos era regar el jardín. Al frente de la casa había una grama, la casa estaba como así a esta altura que tenía unos andenes que bajaban, entonces a cada lado de la casa había grama, entonces veníamos y regábamos, entonces él siempre usaba como filosofía para inspirarme a que lo ayudar a regar el jardín a comparar la vida con un jardín, y también la música. Me acuerdo que decía que “la música es un jardín de arte y ciencia entre el deleite y el ritmo universal”, algo así me decía él, entonces todo eso siempre se quedó conmigo. Y me acuerdo que después que regábamos el jardín, hacíamos desayuno, y en ese momento después del desayuno sacaba el flautín: “ok, Justico, saca el flautín, aquí viene la lección”, así, en el patio, bajo el palo de anón: “tu, tu, tu, tu, tu [tararea ejercicios de escalas]”, así como hasta las 8 de la mañana. “Bueno, pal colegio ahora” [decía].