Abstract
Según Licho Almario, en vista del talento y la musicalidad de Justico, el italiano Antonio
Testoni le regaló un clarinete en Bb, y luego Adolfo Podestá le regaló un saxofón, e incluso Lucho Bermúdez le regaló una boquilla, y otro italiano, Gualtiero Barbieri, le mandaba a comprar libros de música en Italia.
“Yo vivía muy cerca del Club Medellín, donde yo trabajaba de planta con la orquesta Italian Jazz. Entonces Justo tocaba el flautín o lo que le llaman pícolo. Entonces los músicos de la orquesta eran feliz porque en esa época no era sino una sola
orquesta y el público siempre acosaba: “¡que toquen, que toquen!”, cada rato que toquen, que la orquesta siguiera. Entonces yo me llevaba a Justo y Justo con el flautín hacía los intermedios”.