Abstract
Una característica inherente a los desastres en la historia es su repetitividad, han ocurrido y seguirán ocurriendo, sin embargo, podemos mejorar la forma en que nos preparamos y respondemos a estos. En la última década el impacto generado por los desastres ha aumentado en términos de personas afectadas y pérdida de bienes según lo expone Santana (2015), estos desastres pueden ser naturales y/o de origen humano. Cada desastre tiene un nivel de riesgo asociado, este concepto de riesgo no está basado solamente en la probabilidad de ocurrencia de un desastre natural y su severidad, también considera las condiciones de vida humanas y el estado de desarrollo de su sociedad según el Reporte Mundial de Riesgo desarrollado por la alianza Bündnis Entwicklung Hilft (2011).