Abstract
Durante mucho tiempo, la industria de la construcción se había enfocado principalmente en la búsqueda de materiales estructurales cada vez mejores en cuanto a sus propiedades mecánicas, en los costos de las estructuras, en la rigidez y la resiliencia frente a eventos sísmicos, entre otras. Sin embargo, durante las últimas décadas, la relación resistencia/peso, la facilidad de construcción, la durabilidad, (Karbhari V. M. et al., 2007; Nishizaki et al., 2015) y la sostenibilidad ambiental (Hashim et al., 2011; Heshmati et al., 2015; Hollaway, 2010) están siendo consideradas con especial atención. Esto ha generado una plataforma de lanzamiento para la familia de materiales compuestos (Reda Taha, 2018), como la de los polímeros reforzados con fibra (FRP, por sus siglas en inglés: Fiber reinforced polymers) (Zaman et al., 2013).Existen diferentes tipos de fibras sintéticas que pueden ser usadas como refuerzo para los FRP. Entre las más usadas para estructuras se encuentran las fibras de vidrio (GFRP por sus siglas en inglés), fibras de carbono (CFRP por sus siglas en inglés) y las de kevlar (Reda Taha, 2018). La pultrusión es el proceso de manufactura de perfiles estructurales en FRP más usado a nivel global (Joshi, 2012) por su relativa sencillez y economía, entre otras ventajas, incluyendo el caso de Colombia que ya cuenta en la actualidad con unos cuantos proveedores de perfiles pultruidos.