Abstract
La programación de la producción ha ido evolucionando a través de los años y ha sido objeto de estudio y análisis desde los inicios de las actividades industriales. La importancia de la planeación de la producción radica en vigilar que se logre la disponibilidad de materias primas y otros elementos de fabricación, en el momento oportuno y en el lugar requerido, así como la reducción, en lo posible, de los periodos muertos de la maquinaria y de los obreros. Actualmente el ambiente competitivo en que se desenvuelven las organizaciones obliga a que el funcionamiento de estas sea cada vez mejor, buscando siempre una optimización de los procesos, en donde todos los recursos y talentos vinculados a la operación cumplan sus tareas de una forma eficiente obteniendo altos niveles de productividad (García Jojoa, 2013).