Abstract
El país se ha enfrentado, durante los últimos años, a múltiples amenazas y escenarios de violencia domestica compleja, y en la actualidad, se afrontan grandes retos donde, a los problemas de orden público interno, se suman otros factores que amenazan la soberanía y la integridad territorial como las disidencias de grupos armados al margen de la ley. Estos desafíos implican mantener sus Fuerzas Militares en procesos permanentes de actualización, modernización e innovación tecnológica. Para hacerlo, se requiere incrementar el gasto militar, lo cual puede generar impactos presupuestales dentro de las inversiones en el campo social y económico del país, y dichas afectaciones pueden ser vistas de forma positiva, como la capacidad que tiene una economía para crecer a largo plazo por medio del gasto en defensa y seguridad pública, y de forma negativa, con los efectos que genera en el corto y mediano plazo el recorte en otros rubros presupuestales como la educación u obras públicas. Por lo tanto, es necesario plantear estrategias que le permitan al Estado colombiano continuar estos procesos de inversión en el Sector Defensa, sin generar afectación presupuestal en otros campos.