Abstract
El Bosque Seco Tropical, es uno del ecosistema más intervenido y en mayor grado de amenaza del país. Los motores de perdida de las coberturas naturales de este extenso ecosistema fueron las actividades agrícolas, ganaderas, mineras, etc., generándose un gran conflicto de uso y ocupación en el territorio. Además, su alta relictualidad y fragmentación hacen que solo se encuentren parches aislados, con poca conectividad. Esta transformación es nefasta para la biodiversidad asociada al bosque seco, y, además, según PNGIBSE (2010), a la "provisión de servicios ecosistémicos de los cuales depende, directa e indirectamente, el desarrollo de todas las actividades humanas, así como el bienestar de la región" (p.31). Este articulo analiza cómo, a través de la implementación de una Estrategia de Conectividades socio-ecosistémicas (CSE), se logra reducir la degradación y la fragmentación del bosque seco tropical, y al mismo tiempo se fortalece el ordenamiento ambiental, la producción sostenible, el capital social y el posconflicto, en el mosaico de conservación San Juan Nepomuceno – San Jacinto, ecorregión de los Montes de María.