Abstract
El duelo tiene varios significados psicológicos tales como dolor, tristeza y soledad, son sentimientos inevitables cuando se pierde un ser querido, a su vez se relaciona con aceptación y aprendizajes (Luna et al., 2017). En este último sentido, se pueden encontrar alternativas para que nuestros niños y niñas puedan transitar de mejor manera por un proceso de duelo, el cual es como un camino con subidas y bajadas, con lugares claros y oscuros que están allí para recorrerlos. A veces se siente el camino pesado y no se tienen las fuerzas para subir las montañas empinadas y pedregosas que trae; se pueden encontrar refugios para estar a solas o acompañados. Son refugios para recordar, estar en silencio, llorar, escribir, leer o contar a otros cómo nos sentimos. Damos pasos inseguros o necesitamos retroceder, a veces encontramos atajos para sentirnos seguros o felices y esas emociones positivas en medio de un duelo, estarán seguidas de culpa y vergüenza. Son una mezcla de sentimientos normales como parte de las experiencias vividas cuando fallece un ser amado. En el camino hay momentos para detenerse y hacerse algunas preguntas sin respuesta por lo difíciles, aunque necesarias porque siempre llevan a algún lugar. Nada duele tanto como perder a alguien que uno ama, pero pasará, lleva tiempo y hay que buscar el modo de recorrerlo, un sendero propio, con palabras, con recuerdos, con preguntas, con juegos, con sentimientos que cambian y se mezclan todo el tiempo. Lo importante es contar con alguien cerca que entrega su mano y acompaña en el camino.