Resumen
El control de congestión tiene una gran importancia para el mejoramiento de la
congestión en la red. Lo que implica todo un conjunto de técnicas para detectar y
corregir los problemas que surgen cuando no todo el tráfico ofrecido a una red
puede ser cursado, con los requerimientos de retardo, u otros, necesarios desde el
punto de vista de la calidad del servicio. Por tanto, es un concepto global, que
involucra a toda la red, y no sólo a un remitente y un destinatario de información,
como es el caso del control de flujo.
Sin embargo, se ha propuesto varios algoritmos para el control de congestión, los
cuales como en el caso de los algoritmos de encaminamientos, se pueden
clasificar de varias formas. La más lógica consiste en dividirlas en dos clases: en
bucle abierto y en bucle cerrado.
Los algoritmos en bucle abierto evitan la concurrencia(es decir sistemas que
permiten que múltiples procesos sean ejecutados al mismo tiempo), de la
congestión, asegurando que el flujo de tráfico generado por el origen no degradara
las prestaciones de la red mas allá de las QoS especificada. Si no se puede
garantizar la QoS requerida, la red deberá rechazar el flujo de tráfico. La función
a través del cual se toma la decisión de aceptar o rechazar el flujo de tráfico se
llama control de admisión.
Por otro lado el algoritmo de bucle cerrado se hace llamar así, porque el estado
de la red se conoce el punto donde se regula el tráfico, generalmente el origen.
Además no suelen realizar reserva de recursos alguna.