Abstract
El primer paso para lo que hoy conocemos como radiodifusión fue el
descubrimiento a finales del siglo XIX de las ondas electromagnéticas, y la capacidad
de éstas de viajar a través del espacio y poder ser capturadas por aparatos receptores
dispuestos para este fin. Lo que posibilitó en primera instancia, la comunicación
instantánea entre personas separadas por kilómetros de distancia (Zigiotto, 2008).
El boom de este sistema tecnológico posibilitó su trascendencia más allá del
mundo científico, lo que permitió que diferentes personas y comunidades se dejaran
atraer por las diferentes posibilidades que ofrecía el nuevo descubrimiento. Fue así,
como en países como Argentina, Estados Unidos, entre otros, la radio adquiere
múltiples funciones como informar, educar y entretener (Zigiotto, 2008).
En cuanto a esta última función el desarrollo fue notorio, gracias a que en pos del
entretenimiento se generaron transmisiones musicales en vivo, programas de concurso,
adaptaciones, radio novelas, entre otros. Permitiendo el protagonismo de roles como el
de director, productor, técnico, guionista, actor y demás roles necesarios para la
realización de este tipo de producciones.
A pesar del protagonismo de éstas y de los roles necesarios para llevarlas a cabo,
notamos que en la actualidad las radiodifusoras en su mayoría sólo nos ofrecen parrillas
musicales y, algunos casos, programas informativos cargados de evidente
improvisación. Dejando de lado toda la riqueza expresiva y posibilidades estéticas que
un medio de comunicación como la radio nos puede brindar.
A partir de lo anterior, la realización de este proyecto adquiere relevancia en la
medida que retoma recursos expresivos y estéticos que han sido olvidados por los
actuales realizadores vinculados a este medio. Así mismo, nos ofrece la posibilidad de brindar a la comunidad un entretenimiento enriquecido a partir de la unión entre el
lenguaje radiofónico y la literatura