Abstract
Las Instituciones de Educación Superior actualmente afrontan diversos desafíos y amenazas
procedentes del mundo globalizado que hacen del proceso de educar una actividad compleja y de
permanente renovación, y que exige a su vez la implementación de nuevas herramientas e
instrumentos así como también la gestión de nuevos procesos culturales y del conocimiento que
les permitan estar a la vanguardia de las tendencias no sólo desde la perspectiva del mercado
global, sino también desde el fomento y desarrollo de procesos de innovación que contribuyan a
la generación de nuevas estructuras de pensamiento, de espacios de socialización y de
construcción de ideas creativas que devengan en conocimientos significativos y en la gestión de
nuevas oportunidades de cambio y progreso. De ahí que sea pertinente aplicar estrategias que
conduzcan al análisis formal alrededor de cómo las Instituciones de Educación Superior abordan
lo concerniente a la cultura organizacional y al conocimiento, es decir de qué modo lo producen,
transmiten, socializan, asimilan, apropian, internalizan, evalúan, enriquecen, transforman y lo
protegen, pues es bien sabido que cada uno de los departamentos o sectores de estas instituciones
deben conocer cómo se presentan los procesos y procedimientos que se llevan a cabo a nivel
interno y externo en éstas. De esta manera, se puede ejercer un control en torno a tales procesos
que permita a su vez vislumbrar el valor agregado y los beneficios futuros que pueden obtener las
instituciones, en tanto que no cabe duda que la cultura organizacional ostenta la clave para
entender el desempeño pasado y para predecir la productividad futura (Joyner, 2001).