Abstract
Las organizaciones poseen un elemento en común: todas están integradas por
personas. Las personas llevan a cabo los avances, los logros y los errores de sus
organizaciones. Por eso, no es exagerado afirmar que constituyen el recurso mas
preciado. Si alguien dispusiera de cuantiosos capitales, equipos modernos e
instalaciones impecables pero careciera de un conjunto de personas, o estas se
consideran mal dirigidas, con escasos alicientes, con mínima motivación para
desempeñar sus funciones, el éxito seria imposible.
Cuando el talento humano se administran adecuadamente y se combinan con
otros recursos, se cimentan las bases mismas de la producción económica de una
sociedad. Desde el nivel de vida hasta las posibilidades de una nación exportar;
desde la producción de materias primas hasta la industrialización, todos los
fenómenos económicos se apoyan en grado importantísimo en los recursos
humanos. Es muy justo afirmar que la correcta administración de los recursos
humanos trasciende incluso el ámbito económico e influye de modo directo en la
satisfacción y bienestar de toda la población económicamente activa.