Resumen
Los antecedente en Colombia sobre la historia de bibliotecas públicas o comunitarias,
muestran que estos centros educativos y de aprendizaje, han tenido un papel muy
secundario en la vida y los propósitos culturales del país. Casos existentes como el de la
Biblioteca Nacional en Bogotá, muestran un abandono del Estado, ya que no ha contado
con una colaboración constante que le permita ampliar sus colecciones, dependiendo de
las donaciones que logren conseguir, “y de la obligación legal de entregarle los libros
impresos en el país, establecida en 1834, pero cumplida aún hoy en forma muy parcial”
(Melo, 2001, p. 1).
Fuera de Bogotá el panorama de bibliotecas ha sido muy limitado, los proyectos que se
gestaron durante el siglo XIX y comienzos del siglo XX, dejaron ver lo poco importante
que resultaba para el Gobierno de esa época la creación de estos espacios culturales.
Unos pocos municipios del país lograron abrir estos centros con pequeñas colecciones,
tal es el caso de la Biblioteca Pública de Medellín creada en el año 1870, y la Biblioteca
del Centenario en Cali, creada a principios del siglo XX.
Sin embargo, durante el paso de los años las Bibliotecas fueron adquiriendo importancia,
por lo que ha existido una evolución significativa, y un reconocimiento por parte del
Gobierno Nacional y los Gobiernos municipales. Instituciones como la UNESCO
expresan la importancia social y democrática de las Bibliotecas, y las reconocen como
espacios constructores de un tejido social más dinámico, en donde existe acceso libre al
conocimiento, a la cultura y a la participación.