Resumen
Un concepto norteamericano empieza a afianzarse en Colombia: los smoothies,
una bebida común en los ‘Juice bar’ de Estados Unidos y Canadá. En Bogotá y
otras ciudades del país este espeso negocio se empieza a consolidar.
Hace cuatro años no sonaba tanto la palabra smoothies como en la actualidad. Y
es que sólo hasta entonces empezó a trabajarse en la cultura de los ‘batidos
frutales’, muy en la onda de lo fresco y lo natural, con aperturas de
establecimientos de esta especialidad.
Smoothie&Co. y Twister Juice&Smoothies son dos claros ejemplos de ello.
Rodrigo Sora, administrador de Twister, cuenta que si se compara con el 2004,
ahora muchos más conocen el negocio y se han animado a incluir este producto
en cafeterías y restaurantes, aunque los establecimientos especializados siguen
siendo muy pocos.
Es una sorpresa que en Colombia siendo un país tan rico en frutas, insumo
primordial de los smoothies, no se haya explorado antes esta posibilidad que lleva
más de cuarenta años en el mercado norteamericano.
Un smoothie es básicamente una mezcla espesa de frutas. Debe su nombre a la
suavidad del producto resultante de las frutas refrigeradas sometidas a un licuado
especial. De acuerdo con JASA, Asociación de Jugos y Smoothies americana
(Juice and Smoothie Association of U.S.A.), “son una comida saludable servida en
vaso que puede tomarse como merienda o postre. Junto con suplementos
vitamínicos, los smoothies pueden ayudar a controlar el peso. Son, además, la
bebida y la comida del futuro”.
En el 2000, esta asociación con diez años de trayectoria creada para educar al
consumidor acerca de la industria de los jugos y los smoothies, además de
promover el consumo y expansión del mercado de estos productos a través de la
promoción de franquicias, definió los smoothies profesionales con la siguiente
receta: mezclar zumo de fruta, frutas, hielo picado, congelado, o nonfat yogurt o
leche de soya en una licuadora de alta velocidad. Un proceso sencillo y limpio que
da como resultado una bebida espesa y consistente.
Los smoothies se hicieron populares hacia mediados de los años 60 en
restaurantes de comida saludable y heladerías, particularmente de California.
Algunos de ellos adicionaban otros ingredientes como leche de soya, suero de
leche en polvo, té verde, suplementos herbales, o mezclas de suplementos
vitamínicos. Entre 1990 y el 2000, los smoothies empezaron a distribuirse en
cafeterías, tiendas de café, y embotellados en los supermercados de Estados
Unidos.