Abstract
Desde sus inicios, el concepto de almacén ha presentado una notable evolución
en lo que su campo de acción comprende, ha pasado de ser una simple tarea de
manipulación en la que se destinaban cuadrillas de hombres para disponer
productos en un sitio determinado, sin prestar atención a principios de distribución
y aprovechamiento de espacio, a toda una red de recursos que deben ser
coordinados y monitoreados en base a los requerimientos y necesidades de cada
uno de los eslabones de la cadena de suministros, formando así un sistema
independiente con lineamientos y principios enmarcados en una
administración/gestión productiva.
La gestión de estos sistemas de almacenamiento representa todo un reto para las
organizaciones de nuestros tiempos, en los que la capacidad de adaptación al
cambio y las buenas prácticas garantizan el sostenimiento de las mismas a largo
plazo. Sin embargo, la sola gestión no es suficiente para alcanzar tal logro; el
diseño de estos sistemas debe contemplar todos los elementos y variables que
puedan afectar su funcionamiento, y estar basado en metodologías definidas por
la investigación y experiencia de organizaciones exitosas.