Abstract
L La epilepsia es un trastorno neurológico cuya etiología puede ser
resultado de anomalías congénitas, infecciones, tumores, enfermedades
vasculares, enfermedades degenerativas o lesiones, entre otras. Además
se cuenta con información de que más de las tres cuartas partes de los
pacientes con epilepsias debutan antes de los 18 años según la Comisión
para el Control de la Epilepsia y sus Consecuencias, y que la incidencia
aumenta rápidamente otra vez después de los cincuenta años, reflejando
alteraciones vistas con mas frecuencia en la población de más edad
(Hauser y Kurland, 1978).
Uno de los objetivos más importantes en neuropsicología de la epilepsia es
describir el estado cognitivo del paciente, así como conocer el deterioro o
mejoría de las funciones superiores, que la evolución de la enfermedad y
los distintos tipos de tratamiento producen en el sujeto epiléptico.
Para nuestro trabajo como psicólogos las principales preocupaciones con
respecto a la epilepsia son la consideración de un diagnostico de epilepsia
en un paciente con síntomas psicológicos, las ramificaciones psicosociales
que implica un diagnostico de epilepsia para un paciente, y los efectos
psicológicos y cognitivos de las drogas antiepilépticas. Con relación a la
primera de estas preocupaciones, del 30% al 50% de todas las personas
epilépticas tienen dificultades psicológicas en algún momento del curso de
su enfermedad. Los síntomas comportamentales más comunes de la
epilepsia son cambios de personalidad, seguidos de psicosis, violencia,
depresión y deterioro cognitivo.
se cuenta con información de que más de las tres cuartas partes de los
pacientes con epilepsias debutan antes de los 18 años según la Comisión
para el Control de la Epilepsia y sus Consecuencias, y que la incidencia
aumenta rápidamente otra vez después de los cincuenta años, reflejando
alteraciones vistas con mas frecuencia en la población de más edad
(Hauser y Kurland, 1978).
Uno de los objetivos más importantes en neuropsicología de la epilepsia es
describir el estado cognitivo del paciente, así como conocer el deterioro o
mejoría de las funciones superiores, que la evolución de la enfermedad y
los distintos tipos de tratamiento producen en el sujeto epiléptico.
Para nuestro trabajo como psicólogos las principales preocupaciones con
respecto a la epilepsia son la consideración de un diagnostico de epilepsia
en un paciente con síntomas psicológicos, las ramificaciones psicosociales
que implica un diagnostico de epilepsia para un paciente, y los efectos
psicológicos y cognitivos de las drogas antiepilépticas. Con relación a la
primera de estas preocupaciones, del 30% al 50% de todas las personas
epilépticas tienen dificultades psicológicas en algún momento del curso de
su enfermedad. Los síntomas comportamentales más comunes de la
epilepsia son cambios de personalidad, seguidos de psicosis, violencia,
depresión y deterioro cognitivo.