Abstract
Justico, entonces con alrededor de sietes años, llamaba la atención por sus habilidades musicales a tan temprana edad. Rápidamente le consiguieron un clarinete, un instrumento más completo y versátil que el flautín de cinco llaves.
"Ya yo a los 6 meses de estar con él, él tocaba con la Banda Departamental de Barranquilla, él se traía las partes de la música pa la flauta, el flautín, y me las enseñaba, entonces yo me las aprendía, él me llevaba a los ensayos, y en los ensayos me sentaba ahí al lado de los músicos que estaban tocando, y yo tocando con ellos y me ponía a hacer los solitos ahí. La orquesta empezaba a tocar y había un momento donde yo tocaba, donde me decía: “toca”, y yo hacía un solito; entonces, claro, la novedad de que yo era un pelao, tendría como siete u ochos, la gente se emocionaba y se paraba”.